Hablar del Dr. Ángel Torres, el juez Electoral hoy por hoy en el Ecuador es un reto; y sí que lo es, las cámaras y las esperanzas de un país porque se respete la institucionalidad democrática y el derecho a elegir de forma libre y sin limitancias burdas han recaído prácticamente sobre sus hombros; por lo cual, ha tenido que abiertamente tratar de explicar conceptos y argumentos jurídicos a cierto sector que solo responden a intereses personales y de poder, pero que a pesar de todo aquello; la marea, esa marea que ha iluminado el pensamiento, la ciencia y el derecho a través de la historia y que le llaman razón va tomando forma, va tomando un derrotero, el derrotero de la verdad y la justicia.
Hablar de Ángel Torres como Juez Electoral seria muy sencillo, basta con manifestar que hace meses atrás, él mismo envió las cartas a los organismos de control del Ecuador para que revisaran cada una de sus cuentas, sus bienes y de como los había adquirido, para tener una idea de quien es; quienes lo conocemos, eso no nos causaba mayor asombro, sabemos de donde empezó y todo lo que tuvo que hacer para educarse, prepararse y enfrentar la adversidad que las provincias fronterizas como Zamora y Loja aun siguen dando guerra a sus hijos por la poca importancia de los gobiernos de turno a este pedacito de cielo, y ni porque en la actualidad de aquí sacan todos los minerales hacia el dragón asiático para mantener la Patria y por tráileres, mejora su realidad.
Tengo la suerte de tener su amistad y lo digo con cierto recelo, tener ese nivel de amigos a uno lo vuelve pequeño, por su grandeza no solo académica sino humana, recorrimos algunas partes del país años atrás, junto a Sergio un chofer profesional y que siempre compartía nuestra mesa, él era el responsable de llevarnos sanos y salvos a nuestros destinos, íbamos asesorando Municipios y entidades públicas afines al derecho público, fue una experiencia enriquecedora aprender de personas que no hace falta que te digan que han estudiado para darse cuenta que tienen un bagaje de conocimientos más allá del promedio común jurídico, puesto que, como dice Ossorio en el Alma de la Toga “todo el mundo es abogado hasta que se demuestra lo contrario”.
Una experiencia que me causó mucha satisfacción y me dejó perplejo con el Dr. Ángel Torres, fue cuando me regalo una de sus obras que se publicó en la editorial Ibáñez en Colombia, luego de años de amistad, muchos desayunos, almuerzos y cenas compartidas así como viajes impartiendo asesoramientos por el país; recién, con el regalo de aquel libro me enteraba de su extensa hoja de vida y títulos académicos, sin lugar a dudas nunca los nombró, ni era tema de nuestras tertulias, hablábamos del derecho, la vida y sobre todo de ver un país mejor, siempre me daba a entender lo importante de luchar por la razón y lo justo; y eso es bueno, aunque eso acarrea más de un dolor de cabeza y enemigos sobre todo; lo quisieron recusar de su cargo, pero legalmente no pueden discutir sus argumentos y fundamentos teórico jurídicos, al punto que los consejeros del CNE que desobedecieron la sentencia del máximo Organismo Electoral podrían acarrear responsabilidades penales.
Mientras escuchaba sus entrevistas por los diferentes medios de comunicación a nivel nacional e internacional, me preguntaba ¿y yo que hago porque se respete la democracia? es que es fácil ver los toros de lejos, ver como pasa el agua en el río caudaloso, ver como pasa la tormenta del poder y el oportunismo arrasando con todo, burlándose de la coherencia lógica y el derecho; mientras los buenos son pocos en un mundo de pirañas oportunistas y hambrientos del poder a toda costa, a pesar de todos esos paisajes que solo los veíamos de lejos y tenebrosos tras el televisor u ordenador o con la impotencia de no poder hacer nada, estaba Ángel Torres; firme, honesto, sin amilanarse como decía Velasco Ibarra y con presencia de un juez probo, con conocimiento y argumentación jurídica y por medio de sus actos diciendo: “al Ecuador se lo respeta y estos son los argumentos jurídico dogmáticos legales y racionales del derecho para que así sea; es decir, para que el respeto a la democracia y al pueblo a elegir, no sean solo una quimera que se quema en cualquier papel”.
Solo me queda decir gracias Doctor, gracias por luchar y defender a la Patria, siga haciéndolo como solo usted lo sabe hacer, nosotros le seguiremos diciendo a los que vienen, que existió en el ámbito electoral un juez probo y valiente y que se llamaba Ángel Torres…
Posdata: ¡Dejarase ver por Catamayo y lo invito a una cecina!
Marlon Ernesto Chiriboga Aguirre
Condecoración al Mérito Literario
Pablo Palacio – Prefectura, Loja – 2018
Escrito en el Ecuador el 23 de diciembre de 2020