El Sacerdote es la vida manifestada de Cristo; Pastor y guía de su rebaño.
Francisco Dionicio Ochoa Jaramillo
Nacido en Malacatos, cantón y provincia de Loja, de niño inició sus estudios en la escuela del barrio Santo Domingo Alto y los continúo en la escuela Víctor Mercante, sus estudios de colegio los inició en el Manuel José Rodríguez, para posterior ingresar al colegio Bernardo Valdivieso de Loja y obtener su título de bachiller. Francisco Ochoa Jaramillo, ingresó como conscripto al glorioso ejército ecuatoriano, después de un tiempo inició sus estudios universitarios en la carrera de físico-matemáticas en la Universidad Nacional de Loja por dos años.
En aquellos tiempos, el Señor Dios lo llama a servir inspirando un proceso vocacional desde la familia. Fueron su madre Rosario y su tía Carmelita quienes lo motivan para que sea parte de una experiencia vocacional y organizaron todo lo requerido para su ingreso.
Así inicia un nuevo camino. Dios acompaña a sus hijos y los acompaña en sus retos, cómo ocurrió con los profetas, los apóstoles, los mártires, los santos, tu familia y la realidad, elementos que sirven para iluminar una vida como servidor del reino. Ingresó al seminario Reina del Cisne por el lapso de 7 años viviendo y compartiendo la filosofía humana y cristiana. Fueron años de identificarse con el maestro y la realidad, con el acompañamiento del obispo Mons. Hugolino que, con tanto amor, puso las bases para que el seminario tenga vida.
Al término del sexto año en el seminario, Monseñor Hugolino lleva a Francisco y Asdrubal a vivir en la curia, con el objeto de mantener esa vocación, pero luego de medio año los regresó al seminario, siendo esa la razón para que fuera ordenado al sacerdocio el 8 de diciembre del 1997.
Cómo política de iglesia, a los sacerdotes recién ordenados, el obispo los ubicaba durante el primer año como colaboradores en alguna parroquia. Es así que, como sacerdote en la Diócesis de Loja, el padre Francisco ha servido en Macará, entre los años 1997 y 1998, posterior fue trasladado a San Antonio de las Aradas desde 1998 hasta el 2000, sirviendo además por un año a parroquias como El Lucero, El Ingenio y La Naranja.
Desde el año 2000 al 2007 fue nombrado párroco de Yangana y Quinara. Del año 2007 al 2009 sirvió como párroco de Chuquiribamba, para posterior desde el 2009 al 2015 ser nombrado director de la Pastoral Social, desde el año 2015 al 2020 fue párroco de la Daniel Álvarez en Loja y desde el año 2020 hasta la actualidad es párroco en El Tambo, cantón Catamayo.
Ya como sacerdote, el padre Francisco estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional de Loja. Ha sido profesor del seminario en las materias de realidad nacional, doctrina social, historia de la cultura, homilética y capellán de la sociedad obreros de Loja por 10 años, además responsable de la pastoral social de la zona sur por cuatro años. Su trabajo pastoral dedicado a los pobres y más necesitados lo identifican en cada lugar al que ha servido, son las cosas sencillas que alimentan la fe y vida espiritual del padre Francisco. Las relaciones con la comunidad lo fortalecen, el compartir con las familias, en la fe de la gente.
25 años después, es admirable su incansable deseo de compartir la enseñanza de Jesucristo siendo buen guía de niños, jóvenes y adultos. La familia ha acompañado al P. Francisco en este proceso desde el momento que consagró su vida a Dios como uno de los actos más desinteresados, admirables y dignos que un hombre puede realizar en compromiso con Dios y servicio a la iglesia.
Padre Francisco (Panchito), hoy se cumplen 25 años de estar ejerciendo el ministerio sacerdotal; el bien que va derramando en las almas es la medida de su amor a Cristo y del premio que Él prepara a los que son fieles. Vale la pena el esfuerzo. Que la Virgen María sea su protección en todo momento.
Felicidades en sus bodas de plata.