De las Sombras a la Luz: La Milagrosa Transformación de Luis Fernando Zhapa en Catamayo

“Las oraciones de una madre pueden tocar el corazón de Dios”: La vida de Luis Fernando Zhapa, entre redención y milagros en Catamayo

0
76

Crónica

Capítulo 1: «Todo Comienza en el Mercado»

La historia de Luis Fernando Zhapa tiene sus raíces en la humildad y el esfuerzo. Desde niño, trabajaba en el mercado junto a su padre, quien vendía horchata y morocho. “Nos levantábamos a las tres de la mañana, y aunque era duro, el trabajo nos enseñó que nada se consigue sin sacrificio,” recuerda Luis.

Este entorno lo moldeó, enseñándole la importancia de la responsabilidad y el respeto. Los valores que sus padres le inculcaron en su niñez fueron la base de todo lo que vendría después en su vida. “Mi padre, aunque no teníamos mucho, siempre nos enseñó que el trabajo honesto es lo que sostiene al hombre,” dice, recordando esos años de sacrificio.

Capítulo 2: «La Mecánica y el Orgullo de los Chaparros»

La pasión por la mecánica fue algo que Luis compartió con sus hermanos. Ellos montaron un taller y, desde muy joven, él se unió a ellos. Pronto, los “chaparros” se hicieron conocidos en Catamayo por su habilidad y compromiso. “Éramos como una familia en el taller, todos trabajando juntos,” relata.

Sin embargo, el ambiente del taller lo expuso a malas influencias. Luis comenzó a consumir alcohol y a frecuentar compañías que no siempre le hacían bien. Esta etapa de su vida lo arrastró a un mundo de excesos y problemas, y él mismo admite: “El dinero que ganaba se iba en alcohol y en fiestas. Cada fin de semana, era como si viviera solo para beber y para perderme en la noche.”

Capítulo 3: «La Oscuridad y los Momentos Críticos»

La vida de excesos lo llevó a situaciones peligrosas, como peleas y accidentes. En una ocasión, después de enfrentarse con unos desconocidos, fue brutalmente golpeado. “Esa noche, me pegaron tanto que pensé que no iba a sobrevivir. Estuve dos meses sin poder moverme,” cuenta, recordando uno de los momentos en que estuvo cerca de la muerte.

Durante esta etapa, su madre se convirtió en su único sostén emocional. Luis recuerda verla orando por él, día y noche. “Ella siempre estaba con su rosario, pidiendo por mí. Su fe fue lo único que me mantuvo a flote,” dice. Aunque él no comprendía la fuerza de esas oraciones en ese momento, su vida estaba a punto de cambiar.

Capítulo 4: «La Luz en Medio de la Oscuridad: Un Milagro de Fe»

Fue el amor de su madre lo que tocó el corazón de Dios, según cuenta Luis. Un día, después de una de sus borracheras, se dio cuenta de que su madre rezaba incesantemente. “Las oraciones de una madre pueden tocar el corazón de Dios. Yo era un hombre perdido, pero mi madre nunca perdió la esperanza,” dice.

A instancias de su tía, asistió a un retiro espiritual. Allí, experimentó un milagro que cambiaría su vida para siempre. Durante el retiro, sintió como si Dios mismo le hablara, llevándolo a un arrepentimiento profundo. “Fue como si me hubiera abierto los ojos. Durante esos tres días, lloré, me liberé de todo lo que me había atado a una vida de excesos,” relata.

Al final del retiro, Luis experimentó un milagro físico y emocional. “De un momento a otro, el deseo de beber y de estar en ese ambiente desapareció. No necesité clínicas ni terapias. Dios me liberó en un instante,” dice, convencido de que su transformación fue obra divina. Desde ese día, dejó atrás las fiestas y los vicios, dedicando su vida a Dios y a su familia.

Capítulo 5: «Renacido en la Fe y el Servicio»

Tras su cambio de vida, Luis regresó al taller de mecánica, pero esta vez con una nueva misión. “Mi taller ya no era solo un negocio. Se convirtió en un lugar donde podía ayudar a otros, donde podía compartir mi testimonio,” cuenta. Su nueva perspectiva lo llevó a trabajar con la comunidad, involucrándose en la iglesia y compartiendo su historia de redención con jóvenes que enfrentaban dificultades similares.

Luis comenzó a hablar abiertamente sobre los valores que ahora guiaban su vida: responsabilidad, respeto y perdón. En una de sus pláticas, dijo: “Si queremos cambiar el mundo, tenemos que empezar por nosotros mismos. Yo no puedo pedir que mis hijos sean honestos si yo no lo soy.”

Capítulo 6: «El Amor que Cambia Vidas»

Luis conoció a su esposa, Mayra, durante una reunión religiosa, y su relación fue construida sobre la base de la fe y los valores que ambos compartían. “Yo sabía que Dios la había puesto en mi camino,” comenta. Después de tres meses de noviazgo guiado por la iglesia, decidieron casarse.

Durante 18 años de matrimonio, han enfrentado juntos momentos de enfermedad, crisis económicas y desafíos, pero siempre han encontrado fortaleza en su fe. “Dios me enseñó a amar y respetar a mi esposa. Todo lo que tengo hoy, se lo debo a Él y a los valores que me enseñaron mis padres,” afirma Luis, orgulloso de la familia que ha construido.

Capítulo 7: «Milagros que Fortalecen la Fe»

A lo largo de su vida, Luis ha presenciado otros milagros que han reforzado su creencia en el poder de Dios. En una ocasión, estaba en un retiro cuando el sacerdote, llevando el Santísimo Sacramento, se acercó a él. Luis cerró los ojos para recibir la bendición y, al abrirlos, vio un campo inmenso lleno de personas. “Escuché una voz que me decía: ‘A ellos debes predicarles el Evangelio’. Fue como si Dios me estuviera mostrando mi misión,” recuerda.

Otro milagro ocurrió cuando su salud estaba comprometida. Luis había empezado una serie de terapias, pero, en lugar de necesitar las ocho sesiones programadas, se curó después de solo cuatro. “El especialista no podía creerlo. Sabía que Dios estaba conmigo y que su poder había sanado mi cuerpo,” dice con gratitud.

Capítulo 8: «Un Testimonio para Catamayo y el Mundo»

Hoy, Luis Fernando Zhapa es un hombre transformado y un ejemplo para su comunidad. Su taller de mecánica en Catamayo sigue siendo su lugar de trabajo, pero también su espacio de servicio. “Aquí no solo arreglo autos. Aquí comparto lo que he aprendido y ayudo a los demás a encontrar su propio camino,” afirma.

Su historia es ahora un testimonio de esperanza para aquellos que lo conocen, y él sigue trabajando para transmitir el mensaje que lo cambió: “Las oraciones de una madre pueden tocar el corazón de Dios. Yo estoy aquí gracias a la fe y al amor incondicional de mi madre.”

Luis continúa predicando y participando en la iglesia, donde muchos lo conocen como un hombre de fe. “Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, solo debemos tener la humildad de aceptarlo,” concluye.