Cuando falleció el maestro Manuel Serrano, no lloré…espiritualmente lo hice muchas veces, previo a su partida física, tuve el honor así lo digo de que llamará seis meses antes de su fallecimiento físico y lo digo físico porque la persona en realidad muere cuando ya con quienes compartió no lo recuerdan y el maestro siempre está en nuestras mentes y actuaciones, y no son palabras al aire, el enseñaba entre otras cosas a vivir, ¿cómo? Eso era lo interesante te enseñaba, pero no te decía el como.
Si, así es, seis meses antes de su fallecimiento en el mes de enero recibí 43 llamadas pérdidas y me dijo…” mijito donde te has metido te estoy buscando, estoy decidido…. no me alcanzó el tiempo para terminar mi obra, debes asesorarme, quiero empezar los trámites para donarla, necesitamos hablar personalmente, pero debe ser urgente”; cuando escuche sus palabras por el hilo explotador telefónico (así decía el maestro que nos explotaban si hablábamos mucho por celular que ahorremos dinero y lo hagamos de forma personal) sabía que esta vez iba en serio el tiempo se había terminado…. pactamos una cita en el museo y nuestra primera reunión o tertulia duro por el lapso de cinco horas.
Me dijo tantas cosas en aquella ocasión que escribiría un libro y es un tema que aún esté pendiente y se lo prometí hacerlo…en esos seis meses posteriores fue de mucha presión al punto que en algún momento quise desistir a lo que me dijo “si tú no diriges aquello no dono nada”, entendía que ya no solo era un tema laboral…. ocho años atrás habíamos soñado que el Gad hiciera un museo o lugar para brindar un espacio a las diferentes expresiones artísticas del cantón, pero ese sueño tocó hacerlo realidad sin apoyo gubernamental, ni local, provincial peor nacional…el hacia la parte física arquitectónica, cultural patrimonial…. Yo… me preparaba desde la parte intelectual, sin saberlo, sin medirlo, sin cálculos luego nos encontrábamos a los 2 años en ese mes de enero, él con la obra física casi terminada y yo con un bagaje de conocimientos en el campo jurídico, cultural, patrimonial de como asesorar esa donación que por cierto no fue nada fácil….tratar con la parte pública nunca lo será…pero debo reconocer que si hubo un apoyo para que esto se diera, la presión siempre estuvo ahí para todos….5000 hojas de anexos no se los hace en 2 días…Verónica Jaramillo tuvo mucho que ver en esas 5000 hojas de seguro el maestro le estará agradecido, aunque sí dejó una carta firmada, como constancia de su trabajo y entrega que en algún momento será reconocido como se lo merece, siempre los pueblos nos tardamos un poco de tiempo en ver la realidad y valorar a quienes de forma silenciosa trabajan por sus sueños.
Hoy que se cumplen dos años de su fallecimiento me agarró la nostalgia…. de fondo para escribir estas palabras puse su canción vasija de barro, el maestro era un hombre adelantado a su tiempo, leía el futuro como le sabia decir, bueno eso es normal en los artistas, pero cuando llegas al grado de maestro se nota de mejor forma.
Al otro día de la donación me llamó como lo hizo seis meses antes y me dijo “Marlon te digo algo, me siento tranquilo alivianado, ya puedo morir en paz” yo simplemente le conteste, “tranquilo maestro todo estará bien, se lo logró, no se preocupe por lo que pueda pasar, usted cumplió; ahora depende del pueblo defender lo que es suyo y su legado”
Quince días después de ese dialogo falleció.
Marlon Chiriboga Aguirre
A los dos años de fallecimiento del maestro Manuel Serrano Granda
Catamayo, Loja, Ecuador
16 de julio del 2020……13H02