La Iglesia Católica hoy celebra el dogma de la Asunción de María, la Madre de Jesús, a los cielos. Esta celebración tiene un mensaje de esperanza, el cual nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una Madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos.
Es la fiesta de María, la más solemne de las fiestas que la Iglesia celebra en su honor y este día se festeja todos los misterios de su vida. Desde El Santuario Nacional de El Cisne se llevó a cabo la Eucaristía, presidida por Mons. Manuel Valarezo, ofm. Obispo Emérito de Galápagos y concelebrada por el párroco-rector Sócrates Chinchay, los sacerdotes Eusebio Sarango, Evaristo Soto, vicario parroquial y el diácono Santos Guarnizo.
El padre Sócrates, en su homilía, pidió a los fieles y devotos de la Virgen de El Cisne, que siguieron la Eucaristía a través de las redes sociales y medios de comunicación, que se viva esta fiesta con una actitud positiva porque es una muestra de que Dios, “nos tiene preparado un cielo y vale la pena decirle sí…esta fiesta nos abre a la esperanza y vale la pena creer, aceptar y seguir a Jesús…vale la pena escuchar el pedido que siempre nos hace nuestra Buena Madre haced lo que Él os diga”.
“La fiesta de la Asunción es alegría, por eso hermanos, vivamos esa alegría y cercanía de la Buena Madre que está con nosotros…valoremos la verdadera alegría que nos lo da el Espíritu Santo, el mismo que nos da la verdadera libertad cristiana…Hoy te pedimos Virgen María que acojas nuestras súplicas, hay mucho sufrimiento y dolor…solo tú como Buena Madre nos puedes escuchar, nos puedes tender la mano y ser esa luz para ser obedientes a tu Hijo”.
Vestida con un traje beige con naranja, luego de la Eucaristía, la Imagen fue llevada hasta el Churonitamóvil, un vehículo construido por artesanos de Catamayo, exclusivamente para transportarla y donado por un joven de la misma ciudad. En principio, estaba diseñado para el traslado de la Virgen de El Cisne desde la parroquia cisneña hasta Loja, pasando por San Pedro de la Bendita y Catamayo, pero por la pandemia se suspendió esta actividad.
La camioneta Toyota Hilux color blanco, decorada con rosas blancas, amarillas, fucsias y rosadas, transportó a la Virgen de El Cisne, conjuntamente con su custodio el padre Sócrates por las principales calles de la parroquia. A su paso se pudo observar las distintas decoraciones y pequeños altares, mientras sus devotos le lanzaban pétalos de flores.
Como medidas de seguridad, la Policía Nacional, el Ejército Ecuatoriano y la UCOT, coordinaron operativos de control desde San Pedro de la Bendita, revisando salvoconductos y la circulación vehícular según el número de placa.
Por otro lado, se vigiló que se cumpla con los protocolos de bioseguridad: distanciamiento social y el uso de la mascarilla.