En la tranquila localidad de Catamayo, vive un hombre que desde temprana edad supo que su vida estaría ligada al servicio y a la búsqueda constante de conocimiento. Marlon Chiriboga, abogado de profesión y soñador de corazón, ha dedicado su vida a la defensa, no solo en los tribunales, sino también en la construcción de un legado de sacrificio y superación.
Marlon, nacido el 4 de diciembre de 1979 en Guayaquil, enfrentó las primeras pruebas de la vida a una edad temprana. La pérdida de su padre a los 8 días de nacido marcó el inicio de una historia de lucha y perseverancia. Criado por su abuelita “tuca” Amalia Antonia Carrión Apolo, en el cálido ambiente de Catamayo, aprendió desde joven la importancia de los valores y el esfuerzo.
Su infancia transcurrió entre los campos de Catamayo, donde su madre hizo el papel de padre y madre para brindarles un futuro mejor. La figura de su abuelita fue esencial en su formación, inculcándole valores y buenos modales que han sido pilares fundamentales en su vida profesional.
A pesar de las adversidades, Marlon no dejó que nada le impidiera perseguir sus sueños. Ingresó a la universidad con la determinación de estudiar arquitectura, pero la vida lo llevó por el camino del Derecho, una elección que inicialmente lo desafiaba, pero que con el tiempo se convertiría en su verdadera pasión.
Con una mente inquieta y una sed insaciable de conocimiento, Marlon destacó en sus estudios de Derecho. Sus prácticas pre profesionales junto a reconocidos juristas en Loja le brindaron una visión de experiencia en mundo jurídico. Recuerda con gratitud al licenciado Manuel Serrano, quien le enseñó a ver la vida desde una perspectiva artística diferente.
A lo largo de su carrera, Marlon no solo se destacó como abogado, sino también como escritor. La pasión por la lectura y la escritura lo llevó a crear obras literarias, algunas incluso redactadas para la tradicional quema de monigotes. Su habilidad para interpretar el derecho y su amor por la literatura se fusionaron en una investigación que le llevó más de tres años y culminó en una obra que trascendió fronteras.
La obra de Marlon, aunque inicialmente considerada breve para un nivel internacional, recibió el reconocimiento de la editorial Bosch de Barcelona, España. La magnitud del logro aún sorprende al propio autor, quien agradece a su editor, Javier Bosch, por la confianza depositada en su obra.
Pero Marlon no se limita a la escritura jurídica; su pluma ha dejado huella en diversos países colaborando en códigos penales y participando en concursos literarios. Su espíritu inquieto y su deseo de aprender lo llevaron a asesorar a políticos, fortaleciendo aún más su conocimiento en el campo.
Casado con Karina González y padre de tres hermosas hijas, Marlon mantiene la humildad y sencillez que lo caracterizan. Su mensaje a la juventud es claro: sueñen, siembren metas, pero mantengan los pies en la tierra.
Marlon Chiriboga, el abogado catamayense, demuestra que el silencio no es solo ausencia de palabras; a veces, es la antesala de un grito que resonará en lugares inimaginables. Con pasión, perseverancia y el corazón en la mano, este hombre forjó su propio camino hacia el reconocimiento internacional, dejando un legado de sacrificio y humildad que inspira a todos los que sueñan con alcanzar las estrellas.
Estas frases resumen las reflexiones y pensamientos expresados por Marlon Chiriboga en el reportaje.
«El silencio es un poder muy fuerte y también es otra forma de gritar.»
«En la profesión de Derecho, inconsciente o conscientemente, te vas a volver político. Es imposible separar la profesión de Derecho de la política.»
«La sociedad necesita gente que se prepare para hablar, para escribir, para interpretar, para argumentar, para defender. Y si lo haces bien o mal, una sociedad en la que vives te va a hacer político, te va a convertir en defensor de esa sociedad.»
«A veces cuando uno habla, deberían agradecer, porque estás enfocando ciertos problemas. Pero peor es no hablar, ahora que estás dejando que esos problemas caminen. Pero esos problemas luego se van a repercutir contra la persona que quiere que te calles.»
«El dinero es bonito para ser feliz a los tuyos. No creo en el dinero para la diversión, para los vicios, para pasarla bonito. Creo que el dinero para desperdiciarlo es una limitancia de crecimiento espiritual.»
«En el ámbito jurídico, el silencio también es otra forma de gritar.»
«El abogado con el tiempo inconscientemente arrastra esa necesidad social. La profesión te hace defensor de la sociedad, te hace ser político.»
«A veces cuando uno habla, deberían agradecer porque estás enfocando ciertos problemas, pero peor es no hablar. Dejar que esos problemas caminen. Pero esos problemas luego se van a repercutir contra la persona que quiere que te calles.»
«El silencio también es una forma de gritar.»
«Si vas a hacer algo, que sea bueno. Si no vas a ser bueno, mejor no lo intentes.»