Trapichillo de Ayer y Hoy, a través de los ojos de Doña Mercedes Santos

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En el tercer episodio de Catamayo de Antaño, Doña Mercedes Santos, una de las voces más representativas del histórico barrio de Trapichillo, nos llevó en un viaje nostálgico hacia su infancia y juventud, compartiendo recuerdos imborrables de tiempos difíciles, pero llenos de unidad, sacrificio y amor por su tierra.

Cronología de la vida de Doña Mercedes Santos:

Doña Mercedes Santos, o «Doña Michita», como la llaman con cariño en Trapichillo, ha sido testigo de los cambios y avances de este pintoresco barrio, uno de los más antiguos de Catamayo. Con sus 12 años de vida en este lugar, es una memoria viva de los sacrificios y logros de los habitantes de una época en la que la electricidad y el agua eran escasos. «Mis deberes los hacía con un mecherito», compartió con una sonrisa nostálgica, mientras nos recordaba cómo la vida cotidiana era una lucha constante por las comodidades básicas que hoy damos por sentadas.

La vida en Trapichillo, como recuerda Doña Mercedes, no era fácil, pero la comunidad vivía en unidad y esperanza. «Cuando había fiesta, el mundo entero venía. Las mujeres cocinaban en sus casas y se usaban los barriles de madera para hacer chicha. Nos juntábamos en el parque, pero no teníamos ni luz ni agua corriente», comentó. «Sin embargo, no nos faltaba nunca la comida ni la risa.»

Las fiestas de Trapichillo:

Uno de los momentos más emotivos fue el relato de cómo se vivían las celebraciones en el barrio. Las fiestas tradicionales eran el alma de la comunidad. «Yo fui la primera persona en cocinar para los trabajadores cuando estaban montando la empresa», recordó. Y agregó, con una sonrisa, su participación en las festividades locales: «Llevaba las ollas de barro en burro hasta La Bendita. No sé cómo no se me quebraban, fue un milagro de Dios.»

En aquellas épocas, los habitantes de Trapichillo sabían que la diversión era simple, pero auténtica. «Las fiestas no eran como las de ahora, no había luces ni bandas caras. Todo lo hacíamos entre nosotros. En la plaza, todos bailábamos al ritmo de una guitarra y el bombo de la banda que hacíamos con las manos», comentó entre risas. Según Doña Mercedes, el sentido de comunidad era tan fuerte que no importaba la falta de recursos, lo que prevalecía era la alegría y la generosidad. «Éramos muy pobres, pero las fiestas nos unían. Y eso no tiene precio.»

Una madre, luchadora y pionera:

La historia de Doña Mercedes no solo se basa en su papel como testigo de la historia de Trapichillo, sino también en su vida personal. Huérfana desde los 12 años, creció con un espíritu de superación, demostrando que las adversidades no eran un obstáculo, sino una motivación para seguir adelante. «No hubo niñez para mí, oía de la Navidad, pero no sabía qué era», confesó con una mezcla de nostalgia y sabiduría.

Como madre, trabajadora y mujer de familia, Doña Mercedes también reflexionó sobre la importancia de valorar a los padres. «Aprovechen a sus padres, porque lo más hermoso en la vida es tenerlos», aconsejó, con una sabiduría adquirida por la experiencia. Su historia es un testimonio de esfuerzo, sacrificio y amor por la familia.

Una de las anécdotas más significativas que compartió fue sobre su propio sacrificio como madre: «Cuando mi hija estaba pequeña, no tenía dinero para comprarle los juguetes que le gustaban. Entonces, le hacía muñecas de trapo y las pintaba con jugo de granada. Lo que ella más quería era que le regalara una muñeca con vestido de colores, y me costó mucho, pero lo logré. Hoy, al ver sus hijos, siento que todo valió la pena.»

Las travesuras y risas de la infancia:

En medio de tantas dificultades, Doña Mercedes también recordó las travesuras de su niñez. «Nosotros jugábamos al escondite y al trompo, pero en Trapichillo no había campo para correr. Así que jugábamos en la calle, entre los árboles y las casas. Las caídas eran frecuentes, pero las risas nunca faltaron.» Aunque el barrio no era tan grande como ahora, los niños sabían cómo encontrar diversión en lo más simple. «Me acuerdo que en verano, cuando llovía, corríamos por los charcos y mojábamos a los vecinos, ¡pero nunca se enojaban! Era parte de la vida.»

Frases célebres de Doña Mercedes Santos:

  1. «Mis deberes los hacía con un mecherito».
  2. «Nosotros levantamos todo el pueblo con palos y machetes, aunque no pudimos defender el terreno, jamás nos dejamos morir».
  3. «Llevaba las ollas de barro en burro hasta La Bendita. No sé cómo no se me quebraban, fue un milagro de Dios».
  4. «No hubo niñez para mí, oía de la Navidad, pero no sabía qué era».
  5. «Aprovechen a sus padres, porque lo más hermoso en la vida es tenerlos».
  6. «Las caídas eran frecuentes, pero las risas nunca faltaron».

Conclusión:

Doña Mercedes Santos, a través de sus recuerdos, nos invita a valorar lo que tenemos hoy y a mantener vivas las tradiciones que forjaron a generaciones pasadas. Su historia, llena de sacrificio, lucha y amor por su tierra, nos permite conocer un Catamayo que sigue vivo en su memoria, un Catamayo que no olvida sus raíces. Si deseas conocer más sobre su vida y los secretos de Trapichillo, no te pierdas el episodio completo de Catamayo de Antaño en VivaCatamayo TV. ¡Un viaje al pasado que te hará apreciar aún más el presente!