Es un gran honor presentar ante tan distinguido auditorio la exquisita sensibilidad poética, expresada en el libro RENACER DE TI, cuya autoría es de mi gran amiga y compañera Judith Ruiz Celi, una insigne dama catamayense, que por sus dotes artísticos ha sido reconocida internacionalmente, una poetisa que, en su vasta producción literaria, pone al descubierto los vericuetos de la vida, una vida que trasciende hacia lo infinito.
Cuando una dialoga con Judith, se siente cierta tranquilidad, cierta calma y sosiego, en su delicada voz se percibe su sencillez y humildad, virtudes que adornan a este gran ser humano lleno de dulzura y calidez. Su poesía emana lo esencial de su ser. Porque quien lee o escribe poesía se prepara casi obsesivamente a vivir, pues la palabra no es lo contrario del silencio: es su consumación. Y toda la vida está alineada por palabras. Judith lo sabe y se ha valido de ese vibrante manantial que es el lenguaje para reflexionar sobre el amor, la nostalgia, ilusión, desilusión, acompañada de la melodía que encierra la naturaleza para hacer poesía. Unos versos sencillos y directos, que encuentran su ritmo, su tono intimista y a medida que avanzamos entre las páginas de su libro, nos dice: “soy la vida en un llanto, /la muerte en un suspiro, / … ¡soy la diosa de lo imposible! / … ¡Soy la poesía!
Todos sabemos que la poesía es el pasaporte más genuino a la propia identidad. De hecho, no hay mejor manera para conocer a un verdadero poeta a través de su producción literaria, de sus ojos de sonámbulo que miran a lo largo y a lo ancho del tiempo. De esa mirada surgen: Soledad, Aprendí de ti, Fragancia del poema, Para decirte, Mis besos …. De esa mirada nace el vínculo con la imaginación y fundamentalmente con el sentimiento, ya que si hay algo colectivo y propio en el ser humano, es su capacidad de amar y se podrá ser más o menos imaginativo, se podrá ser más o menos permeable a los cambios o señales, se podrá aspirar a ser más o menos inteligente… pero la verdadera propiedad aglutinante y social reside en el amor y en esas palabras que el poeta, por fidelidad a sí mismo, manipula como un prestidigitador en el borde de su destino. Y es, también, en el borde de ese destino en donde se sitúa Judith para hablarnos de la realidad e imaginación que encierra su poesía. Quien la acompañe en el recorrido de su libro” Si de amor se trata”, podrá dar fe de esa naturaleza dual que este género encierra.
Mientras uno se interna en la lectura de sus versos, se descubre el uso de la palabra bella que refleja su cándida niñez, juventud y el atardecer de su vida “Deslumbrada por la magia de las palabras impregnadas de ti, nació mi poesía para decirte en susurros, que ni el tiempo ni el espacio me traen tu olvido “
Su poesía es una melodía a la naturaleza “Al filo del horizonte el cielo de amasijo entre rojizo y naranja, / se ha vuelto a pincelar paisajes que nunca olvidé/; así mismo se inspira en el amor a sus padres, a su hijo, a sus amigos, el desencanto, la ilusión, las desilusiones, donde va entretejiendo entre descripciones, metáforas y comparaciones su profunda melancolía, lamento y alegría, su sentir interior.
Si continuamos adentrándonos en el análisis de su poesía, nos encontramos que la autora escribe en un estilo delicado y sobrio, emplea el verso libre sin atenerse a la rima, porque su intención es llevar el mensaje de angustia existencial. Así expresa: “Cuando en odio y la violencia/ denota el corazón, /cabalga impía la muerte” (poema Dolor y miseria)
Más adelante en el poema “Adolescente” en sus versos:
“Tus pasos derriten mis delirios/ en equívocos espacios del camino, / el hálito inadvertido de mi boca/ deja saborear un néctar de locura/ a cada suspiro trizado en mi voz” La autora expresa la candidez de su amor, la ilusión adolescente que ama con locura.
Profundiza su amor en el poema “Perfume de olvido” cuando expresa, “la brisa de ti me llega/ en aroma de blancos lirios”
Pero, más adelante percibimos unos versos de lamento, pues parece que ese sentimiento no fue correspondido, cuando dice:
Eres invierno de ausencias, /elegía en el viento /que no trae tus palabras; / a veces, me envuelve como un beso / cuando callan los labios que se quejan”
En otro de los poemas que integra el libro “Renacer de ti” que ha llamado mi atención por la profundidad de su significado lleva por título “Vivo por ti” En donde al final la autora retorna al amor filial y leal que le profesan sus padres, donde su alma encuentra la calma, la paz, el bien y la fortuna, donde solo en su hogar junto a sus padres encuentra el reposo que mitiga su cansancio y calma sus angustias.
Finalmente, desciende del plinto de inspiración cuando solloza su alma en los versos que dedica a Quelita, su madre ¡Cuántas bondades orlan tu vida! / de todas ellas, la paciencia, / ¡Tu virtud mayor! / la que domina mis enojos… / mitiga mi cansancio/ y calma mis angustias.
Tú eres el avivar inusitado de cada día, /Pequeña flor que matizó mi vida; /Enfocas mis errores sin lastimarme, / me moldeas a tu medida/ sin que yo me diese cuenta.
Judith con su exquisita poesía me ha transportado al ayer y al hoy. Permítanme retornar a mi presente para invitar muy cordialmente a todo asiduo lector y a tan distinguido auditorio a internarse en la lectura de su poemario “Renacer de ti” donde encontrarán sutileza de versos cargados de emoción. Son 53 poemas cuidadosamente seleccionados, donde expresa el amor a su tierra, al cuidado del medio ambiente, al arte, al amor, la incertidumbre, la ausencia, lamento, son en otros sus temas preferidos.
Mi admiración, inmensa gratitud y sinceras congratulaciones para ti Judith.
Jueves, 27 de julio de 2023