Títeres y Creatividad: El Teatro Escolar como Herramienta de Expresión Juvenil en la Unidad Educativa Ovidio Decroly

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Por Pepe Simancas

En un rincón creativo de la Unidad Educativa Ovidio Decroly, el Teatro de Títeres de la Unidad Educativa Decroly ha logrado transformar la manera en que los estudiantes viven el arte, utilizando la tradición del teatro de marionetas como una forma moderna de expresión juvenil. A través de los títeres, los jóvenes de la institución no solo están aprendiendo a expresarse artísticamente, sino también a crear historias que aborden temas profundos con un enfoque accesible y entretenido para todos.

El Profesor Oscar Ruiz, responsable de la dirección del grupo, ha sido una pieza clave en este proyecto que ha dado lugar a una propuesta educativa única, que no solo fomenta el aprendizaje teatral, sino también el trabajo en equipo y la creatividad. “Los chicos tienen un potencial increíble, y yo solo les he dado la oportunidad de explorar y desarrollar sus ideas. El teatro de títeres les permite contar historias de una forma visual y creativa, lo que hace que su mensaje llegue más lejos”, comenta el profesor Ruiz, quien se muestra orgulloso del progreso del grupo.

El Surgimiento de una Idea Creativa, el Grupo de Títeres

Todo comenzó en el octavo año de secundaria, cuando un proyecto escolar invitó a los estudiantes a presentar una propuesta creativa. Fue en ese momento cuando Pablo, un joven de 14 años, y su grupo decidieron crear una obra utilizando títeres. «El Licenciado Oscar Ruiz vio nuestro potencial, y a partir de ahí, se formó el Teatro de Títeres de la Unidad Educativa Ovidio Decroly», explica Pablo, uno de los miembros más entusiastas del grupo. «Nunca imaginamos que llegaríamos tan lejos con esta idea, pero el profesor nos apoyó desde el principio y nos enseñó a darle forma a lo que era solo una idea», agrega.

A lo largo del tiempo, el grupo ha crecido y se ha consolidado. Los estudiantes no solo actúan, sino que también tienen un papel activo en la creación y confección de los títeres. “A veces compramos los títeres, pero en otras ocasiones los hacemos nosotros mismos”, comenta Pablo con orgullo, destacando el nivel de creatividad y esfuerzo que los jóvenes ponen en cada detalle de sus representaciones.

El Proceso Creativo, de la Idea al Escenario

El proceso creativo dentro del grupo sigue una estructura clara. Primero, presentan a los personajes principales, luego introducen el conflicto, o el «nudo», y finalmente el desenlace que cierra la historia. «Es fundamental que la historia tenga un mensaje claro. Los títeres son una herramienta que atrae a los más pequeños, pero también les permite entender historias profundas y llenas de enseñanza», explica Pablo.

La obra presentada recientemente, titulada «El Abuelo y la Rana», cuenta la historia de un anciano llamado Tomás, quien se siente desconectado del mundo y ha perdido la capacidad de soñar. En su vida cotidiana, Tomás se ha vuelto un hombre solitario y sin ilusión, hasta que un día se encuentra con una rana mágica que lo invita a un viaje de transformación. A través de este encuentro, Tomás aprende valiosas lecciones sobre la vida, la naturaleza y la importancia de mantener la esperanza, incluso cuando todo parece perdido. La rana, como un ser sabio y misterioso, actúa como un guía que ayuda al abuelo a redescubrir lo que realmente importa. La obra, a través de este dúo improbable, lleva al público a reflexionar sobre la necesidad de no rendirse ante las adversidades y de abrirse a nuevas perspectivas.

Relato de Camila sobre la Historia

Según Camila, quien interpreta al personaje de la rana, «El Abuelo y la Rana» es una obra sobre la superación personal y la conexión entre generaciones. «La historia habla de cómo a veces las personas mayores se sienten olvidadas o desconectadas, pero siempre hay algo o alguien que puede ayudarles a ver la vida desde otro ángulo. La rana, aunque es pequeña, tiene un gran poder en sus palabras. Ella le enseña a Tomás que nunca es tarde para soñar o para encontrar algo que te haga sentir vivo nuevamente», explica Camila. «Es una historia que busca inspirar a los jóvenes a no perder la esperanza y también a los adultos a recordar que nunca es tarde para volver a empezar», agrega.

El nombre del grupo es en leguaje nativo ecuatoriano, “quichua”, Palkashimi que significa: El Valle del talento.

El Profesor Oscar Ruiz, quien dirigió la obra, señala la importancia del mensaje que transmite. «Es una historia que toca el alma. Muchos se pueden identificar con Tomás, el abuelo, y con su proceso de transformación. Usar títeres para contar una historia tan profunda hace que el mensaje sea accesible y emocionante para todos. Estoy muy orgulloso del trabajo que han hecho estos chicos», concluye el profesor.